"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." Mateo 28:19, 20

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La iglesia cristiana tiene dos tareas que son originadas y guiadas por el Espíritu Santo. La primera adorar a Dios, también se le llama: El Gran Compromiso (amarlo o primer mandamiento Mt 22:37ss). La segunda es proclamar las buenas nuevas de salvación, también se le llama: La Gran Comisión (amar al prójimo o segundo mandamiento Mt 22:37ss). Ambas tareas son producidas por el Espíritu Santo. Son las únicas dos tareas y las más importantes que fueron declaradas por el Señor Jesús en su ministerio público (Mateo 22:37). Una de estas tareas (adoración) lleva o provoca a la otra tarea (proclamación). La proclamación del santo y poderoso evangelio del Señor Jesús es el resultado de una congregación que adora a Dios. 

 

La Congregación cristiana es una agrupación peregrina en esta tierra. En este peregrinaje su tarea es proclamar el amor y el plan de Dios a toda la humanidad. Esta encomienda o gran comisión es para todo el pueblo de Dios. La gran comisión es pentecostal, dicho de otra manera, es una comisión producida, acompañada y empoderada por el Espíritu Santo. Esta tarea incluye a los que llevan mucho tiempo en el cristianismo, como a los recién convertidos; a los líderes cristianos, como a los que no ejercen ningún ministerio o liderazgo en una congregación. Este ejercicio tiene como fin la conversión de los oyentes para ser llamados hijos de Dios (Juan 1:12). A esta tarea también se le llama: La Gran Comisión, o la misión de Dios a su pueblo.      

 

El ministerio de evangelismo local o mundial (misiones) es de suma importancia en la congregación. Si es bien como anteriormente se apuntó que esta tarea es para todo cristiano y cristiana; lo que busca este ministerio es levantar y/o establecer un grupo especializado y estratégico de evangelización. Un liderazgo evangelístico intencional que sea el “ministerio de reproducción” de nuevos creyentes. Un liderazgo de multiplicación que no padezca de infertilidad (sin métodos de planificación); sino fértil, productivo y bendecido en la Gran Cosecha de nuevas almas. Un grupo de evangelización especializado que planeé todas las actividades, que tengan como objetivo intencional la proclamación local y global del poderoso y santo evangelio del Señor Jesús. Esta proclamación implica dos dinámicas: Evangelización y seguimiento.

 

La tarea primordial de este ministerio es hacer la preparación logística de aquellas actividades, eventos y proyectos evangelizadores para toda la congregación. Este grupo de personas no serán los únicos que saldrán hacer la Gran Comisión; sino que harán los planes y eventos y los demás ministerios locales y toda la congregación los apoyará. Este liderazgo serán los encargados de buscar y formular las estrategias, metodologías y formas de evangelización (proclamación y seguimiento), que sean las más logísticas, las más excelentes, las más pertinentes, las más contextualizadas, las más eficientes, las más eficaces y las más pentecostales para la cosecha de nuevos creyentes que vengan a los pies del Señorío de Cristo Jesús.