"Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos." Mateo 19:14

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El ministerio infantil está en el corazón de Dios. Los niños son de enorme importancia en la congregación. Hasta el día de hoy las palabras de Mateo 19:14 siguen sonando con fuerza son órdenes del Rey de traer los niños a Cristo Jesús. De manera intencional este ministerio necesita ser lleno del Espíritu Santo. El ministerio de la niñez es un ministerio puente; porque une generaciones, con el fin de dar perpetuidad y continuidad a la iglesia local. 

 

La razón de este ministerio es porque creemos que la educación espiritual y la llenura del Espíritu Santo del niño empieza desde el vientre materno (Lucas 1:41) y que se incrementa intencionalmente en sus primeros pasos en la vida (Proverbios 22:6) pues retardarla hasta que alcance la edad adulta sería privarlo del conocimiento de Dios. Lamentablemente no pocas iglesias ponen su atención en el adulto (algunas veces su argumentación es porque son los que apoyan económicamente), y olvidan los niños. Se debe poner la atención en todas las edades, no se debe descuidar ninguna población eclesiástica. Las congregaciones que tienen propósito y visión invierten muchos recursos en los niños y jóvenes. Ellos saben que teniendo un excelente ministerio de niños; el resultado será que los padres estarán felices y apoyarán a los que cuidan, ministran y edifican a sus hijos. En algunas iglesias ya casi no hay niños, en otras este ministerio se clausuró; y en otros casos tristemente no son intencionales en ganar niños. Muchas de estas congregaciones están destinadas humanamente a desaparecer debido a la falta de niños, porque no habrá continuidad generacional.

 

Los niños han sido de enorme importancia en la historia bíblica y en la historia universal. El ministerio infantil no es sinónimo de los traviesos en la iglesia, no son los que llenan los salones de escuela dominical para que aprendan una historia bíblica, sin ninguna aplicación a sus vidas. Los infantes en los últimos tiempos no han sido tomados en consideración de manera activa o intencional para la obra del Señor. Ellos necesitan más que ser entretenidos; deben ser alcanzados, ministrados, edificados y enviados para que cumplan el propósito de Dios.   

 

Se debe replantear la visión y ministerio infantil en el cristianismo. Ellos no serán la iglesia del mañana; ellos son la grey del presente, al igual que los jóvenes y adultos. Es curioso que personajes bíblicos si reconocieron el rol e importancia de los niños; por ejemplo, Faraón si sabía por eso los mandó a exterminar; con Herodes sucedió lo mismo. En la actualidad la delincuencia organizada y otros grupos delictivos también tienen a los niños en sus atenciones. La Iglesia del Señor debe recordar que los niños son importantes.