"¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra." Salmo 105:90

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El ministerio juvenil lleno del Espíritu Santo juega un papel importante en el ministerio cristiano y en el desarrollo de la congregación. Los jóvenes pentecostales son imperiosamente necesarios en el desarrollo y estabilidad de toda comunidad cristiana. Lo que se necesita son ministerios juveniles llenos de la Santa Unción del Consolador para alcanzar a cualquier generación “La X, la Millennials Y, la Z”. Se agradece los diferentes análisis de las generaciones, sus problemáticas, las estrategias y metodologías para alcanzar a los jóvenes; pero lo urgente, lo necesario, lo perentorio es: Un liderazgo juvenil lleno del Espíritu Santo.

 

Los jóvenes son una población de creyentes que genera muchas variantes positivas en todo ministerio cristiano. A continuación, algunas de estas variantes:

1. El ministerio juvenil sirve de puente (generacional). Esto implica la sucesión del ministerio fundador y la siguiente generación.

2. Conlleva la acción directa de la continuidad (futuro misional) ministerial de la población adulta y de la niñez.

 

El grupo de jóvenes provee energía, vigor, acción y frescura a toda congregación. Las responsabilidades que tienen los adultos como, por ejemplo; mantención familiar y de compromisos económicos del hogar; etc. Muchas veces limitan su compromiso con la congregación. Por el contrario, los jóvenes al tener menos o diferentes responsabilidades que los adultos, hace que tengan más libertades de llevar a cabo actividades y eventos que muchos adultos no pueden participar o involucrarse directamente como lo pueden hacer los jóvenes. El ministerio juvenil tiene más fuerza corporal o mejores condiciones físicas para realizar trabajos que en algunas instancias son limitadas en otras poblaciones en la congregación.